Se termina mi primera temporada como jugador de fútbol americano. He jugado como Center y he ido alternando el dorsal entre el 60 y el 62. Aunque para la réplica de paseo sólo quedaba el 69 acorde a un hombre de la línea de ataque, así que ese número tengo en ella.
Ha sido una experiencia que he disfrutado de principio a fin. Cabe decir que tanto yo, como mi hermano, como el Tanke (ya os lo iré introduciendo) empezamos la temporada el 30 de enero y sin ninguna experiencia anterior. Siempre es un deporte que me ha atraído, pero nunca me había atrevido a practicar debido a mi corta estatura. No obstante, me armé de valor, y yendo con otras dos personas que aportaban su granito de arena en plan apoyo, me decidí a intentarlo. Hemos jugado media temporada como resultado.
Por un lado están los divertidos, a la par que agotadores, viajes en autobús y barco a Terrasa y Mallorca, los duros entrenamientos que ayudan encima a tener mejor forma y tono físico, la convivencia con el grupo humano que es el equipo y la emoción de la competición.
Por otro lado quedan los errores de novato que perjudican gravemente al equipo y que jugando de Center tienen resultados catastróficos, las lesiones de compañeros que están a la orden del día en general, y la de mi hermano en particular y el desconocimiento de este deporte en este país.
Ahora toca decidir varias cosas. A saber, primero si la temporada que viene voy a seguir jugando. Es un sacrificio bastante importante porque tienes que ir a entrenar tres veces por semana, y luego los fines de semana de partido no puedes hacer otros grandes planes, y menos si tienes que desplazarte para jugar como visitante. Además cabe destacar el alto grado de riesgo de lesión que hay en este deporte.
Segundo, en que equipo lo haré. Aquí ya no sólo depende de mí. Puesto que el club tiene que estar interesado. Hay varios equipos cerca en mi zona, y aunque de momento mi idea es continuar con Museros Bous, quizá ellos el año que viene no piensen lo mismo. Habrá que ver que jugadores suben del equipo junior, que incorporaciones se dan de otros equipos y esperar decisiones técnicas.
Tercero, cabe la posibilidad de realizar un campus de verano. El principal inconveniente es el precio y la disponibilidad, además me asaltan las dudas sobre si los responsables del campus van a ser capaces de aportarme valor y conocimiento, además de conseguir que mejore mi forma física para la práctica de este deporte y de mi posición. Con el plus además de que esta vez me tocará ir sin acompañantes de soporte. Mi hermano se ha lesionado la rodilla y está a la espera de la resonancia magnética para valorar el alcance del daño. Y el Tanke debido a su trabajo y a la “cercanía” (falta un año aún) de su boda lo tiene mucho más complicado.
El resultado de la toma de estas decisiones ya será otra historia.