Algunos avances en el plan.

Seguimos con el plan comenzado hace 2 años, y aparcado porque la vida se va llenando de circunstancias que nos alteran nuestros propósitos. La principal circunstancia que lo alteró, aunque formaba parte de éste, ha sido que finalmente terminé la carrera. Y no sólo he terminado el Grado en Ingeniería Informática. Además, aprovechando convalidaciones y haciendo semestres hasta con 8 asignaturas, estoy a falta del TFG de terminar una segunda titulación, el Grado en Técnicas de Aplicaciones de Software.

Como parte de querer seguir creciendo como artesano del software y, además, por la espinita clavada de no haber terminado la ingeniería superior en informática en su día, también me he matriculado para el próximo semestre del Máster en Ingeniería Informática. No era mi preferido, pero es el único de los que oferta la UOC en modalidad online que es habilitante para el reconocimiento para el ejercicio de la profesión de Ingeniero Informático y permite el acceso a colegiarme. Me hace gozo poder poner en LinkedIn que soy Ingeniero ;P.

Código Limpio – Capítulo 1

Os pongo en situación. He comenzado un plan para ser mejor desarrollador. Recordar que somos aprendices eternos, aunque mi objetivo con este plan es llegar a ser un maestro. Uno de sus apartados es la lectura de libros técnicos. Comenzamos con el primer capítulo del primer libro técnico de los seis que espero leer en lo que queda de año, a uno por mes. ¿Qué nos cuenta el tío Bob en el primer capítulo de Código Limpio?

Básicamente se limita a preguntar a distintos expertos del mundo del desarrollo de softwate qué es para ellos el código limpio. No os haré espoiler. Os recomiendo darle un repaso y ver que opinan maestros de la talla de Bjarne Stroustrup, Grady Booch, «Big» Dave Thomas, Michael Feathers , Ron Jeffries y Ward Cunningham. Y tras la aportación de éstos, da a conocer su opinión sobre la maestría en el desarrollo de software, aclara que veremos código correcto y código incorrecto, y como transformar el código incorrecto en correcto, y deja muy claro que somos responsables de nuestro código.

En esta última afirmación estoy completamente de acuerdo. Si un programa falla, somos complices de ese fallo, somos responsables, somos los principables acusados y finalmente, somos los culpables. Puede haber sido por dejadez, por desconocimiento, por prisas debido a los tiempos de entrega imposibles… Siempre, tendremos nuestra porción de responsabilidad.

Para cerrar el capítulo nos invita a seguir la regla del Boy Scout para ser mejor programadores y para evitar algunos problemas futuros (no confundir con El último Boy Scout: «el agua moja, el cielo es azul y las mujeres tienen secretos»). La regla reza lo siguiente: «Deja siempre el campamento más limpio de como lo encontraste».

Con esto nos indica, que cada vez que desarrollemos alguna porción de código, pasemos por allí leyendo algo, simplemente estemos intentando averiguar como está implementada una determinada funcionalidad, hagamos un pequeño cambio que deje mejor el código que como lo encontramos. Puede ser un pequeño cambio nombre de variable, eliminar complejidad ciclomática en unos cuantos ifs anidados, extraer un método de otro demasiado extenso… Up to you.

Os espero en el próximo capítulo, pero eso ya será otra historia…

Tenemos un plan

«Está leyendo este libro por dos motivos. Por un lado, es programador. Por otro, quiere ser mejor programador.»

Con esta frase comienza el primer capítulo de Código Limpio (Clean Code), el famoso libro de Robert C. Martin (Uncle Bob), coautor del Manifiesto Ágil.

Por tercera vez, comienzo la lectura del libro. Las otras dos veces no pasé del quinto y del tercer capítulo respectivamente, ambas intentonas en inglés. Veremos en esta ocasión si, entre el compromiso de ir relatando en el blog mi aventura, y proceder a su lectura en castellano, conseguimos terminarlo y esta porción del plan se cumple.

Porque el querer leer el libro, y asimilar sus conocimientos, forma parte de un plan. Un plan concebido muchas veces, pero casi nunca ejecutado, o con una ejecución pésima. Un plan, con un único objetivo, que bien define la primera frase del primer capítulo, a saber, soy programador y quiero ser mejor. Alcanzar la maestría.

El plan está formado por distintas acciones: leer determinados libros, seguir determinados cursos online, aprender nuevas tecnologías y metodologías, terminar la carrera, resucitar el blog (aunque tener uno sea ya anticuado) y realizar algunos pet projects.

La carrera, bendita carrera, aquella que comencé a cursar en 1996, si mal no recuerdo. Este paso comencé a darlo en serio hace tres semestres. Recién terminado este que nos ocupa, me encuentro con media carrera justa, 120 maravillosos créditos ECTS. Depués de númerosos cambios de plan, de titulación, de universidades, confío que esta vez será la definitiva, así lo parece.

¿Qué libros, cursos, tecnologías, metodologías y pet projects serán? Pues ya veremos. Serán otras historias.